¿Qué tal un café para comenzar esta lectura?
Por: Alexis Isaza Vélez
Ha pasado desapercibido el hecho de las esposas de color “Púrpura” que le fueron impuestas al ciudadano norteamericano capturado por el presunto delito de Feminicidio, entre otros.
Aunque los medios lo registraron en aras de informar, creo que bien vale la pena hablar de ello en función de las garantías de los capturados, sin que el presente texto persiga definir si es o no culpable el ciudadano por dichos delitos. Esa duda será resuelta, como lo estipula nuestro sistema, cuando sea vencido en juicio o el ciudadano decida aceptar su responsabilidad o sea hallado no culpable, en las instancias procesales que para ello han sido definidas.
¿Por qué es importante esto para el derecho?
Para que el derecho conserve su papel preponderante debe ahondar, en cada desafío que impone la sociedad, en el respeto de los derechos y ceñirse cada vez, con más claridad al concepto de Estado Social de Derecho[1].
Partiendo de la premisa que somos iguales ante la ley[2], y tenemos los mismos derechos y prerrogativas ante esos derechos, debemos entender que en ciertas circunstancias no todos actuamos de la misma forma, es decir que, al referirnos a una situación puntual, las acciones de respuesta no son las mismas y por supuesto algunos resultados tampoco lo son. Entonces, es probable que dichas acciones y su resultado puedan ser definidas como contrarias a la ley, obteniendo el carácter de delito y éste a su vez, contemple un reproche social para el ciudadano. Pero no se puede equivocar la sociedad y mucho menos las instituciones, entendiendo que el ciudadano pierde su calidad de igual, y sus demás derechos puedan ser menoscabados por la sola condición de Capturado.
Ahora bien, al momento de ponerle las “Esposas púrpura” que trae consigo una simbología ajena al procedimiento, se viola el derecho del capturado a su presunción de inocencia y le es impuesta una carga adicional sin que estén dados los presupuestos que el código penal en su título sobre los “principios rectores y garantías procesales” artículo 7° establece, “Toda persona se presume inocente y debe ser tratada como tal, mientras no quede en firme decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penal”[3]. (Subrayado fuera de texto).
La simbología y el desastre que trae consigo la imposición de las “Esposas púrpura”.
¿Existe una directriz institucional que se desprenda de una política de Estado, que permita esta práctica?
Dice una de las tantas notas periodísticas que surgieron a raíz de la captura del ciudadano americano, titulada “Significado de las “esposas púrpuras”, cito:
Significado de las «esposas púrpuras»
Recientemente, la Policía Nacional, en compañía de las autoridades del Distrito Capital, presentaron la Estrategia ‘Bogotá Ciudad Púrpura’, una campaña que busca implementar acciones para la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres, apoyados de las políticas distritales, explica la Alcaldía de Bogotá.
En ese orden, el color de las esposas se trata de un símbolo de la lucha contra la violencia hacia la mujer, de la materialización de este proyecto institucional, que busca prevenir y contrarrestar cualquier acto de violencia contra la mujer en Bogotá[4]. (Subraya fuera de texto).
Por supuesto el color distintivo, trae consigo un mensaje y unas pretensiones claras al mejor estilo de la novela de Nathaniel Hawthorne publicada en 1850 (The Scarlet Letter), un camino de indignidad y señalamiento que debe exhibir un ciudadano sin elección alguna, mostrado como ejemplo de la lucha en contra de la “Violencia a las mujeres”, claro, sin atención a las garantías y principios constitucionales.
Luego describe la periodista en su nota:
“El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Carlos Triana y la directora de la Dijín, coronel Olga Patricia Salazar, fueron los encargados de ponerle las «esposas púrpura» al supuesto feminicida de Valentina Trespalacios”.
No sobra decir que el show mediático hace que algunos funcionarios pierdan el enfoque de su obligación de garantizar los derechos de un ciudadano, por un titular. Sin embargo, debemos preguntarnos y extender esas preguntas al General Triana y la Coronel Salazar, a instituciones como la Fiscalía General de la Nación si: ¿Es una política institucional y de Estado que, en adelante para estos delitos, se proceda con estas simbologías? ¿Apoya el Estado colombiano estas prácticas? ¿Es una política de la Policía el grito revanchista de la “agente” junto a su igual panameña, exhibiendo al ciudadano que aún no ha sido vencido en juicio?
La indignación que produce un acto reprochable no puede ser excusa y menos en cabeza de una entidad como la Policía Nacional en función del cumplimiento de las ordenes emitidas por la Fiscalía General de la Nación y de su propia obligación constitucional, para vulnerar los derechos de un ciudadano, no estamos en el siglo XVII.
¿Acaso el ciudadano no tiene derecho a un proceso justo, con garantías y mantener intacta su presunción de inocencia hasta ser vencido en juicio? ¿es letra muerta ese principio? No existe en nuestro derecho constitucional y procedimiento penal, un presupuesto normativo que permita que se estigmatice con objetos alusivos a campañas simbólicas, por el solo hecho de ser acusado de la posible comisión de un delito, que por supuesto genera indignación.
Para finalizar, hay que resaltar, para aquellos lectores apasionados y desprevenidos, que este texto no busca restar importancia al respeto por la vida y en este caso particular, el respeto por la vida de las mujeres, cualquier acto de esa naturaleza es reprochable desde cualquier punto de vista, pero, aun así, debe guardarse el respeto por los derechos del ciudadano capturado.
[1] Artículo 1° de la Constitución Política de Colombia
[2] Artículo 13 de la Constitución Política de Colombia
[3] Artículo 7° Código Penal de Colombia.
[4] Nota del 26 Ene 2023 – 07:55 am Titulado “Caso Valentina Trespalacios: ¿Qué significan las esposas color púrpura que le pusieron a John Poulos?” link: https://www.rcnradio.com/colombia/caso-valentina-trespalacios-que-significan-las-esposas-color-purpura-que-le-pusieron-a